In curiosidades opinión reflexión rincón del pensamiento sociedad vida y cultura

No lo entiendo

El otro día pasó algo que hizo que mi fe en el ser humano se cayese a lo más profundo del infierno (si es que existe).

 Como podemos considerarnos seres inteligentes cuando nos tratamos como ratas entre nosotros. Supongo que ya os iréis dando cuenta de lo que voy a hablar. En Barcelona, un youtuber le dio a un indigente unas galletas de la marca oreo rellenas de pasta de dientes y 20 euros. Como es normal el señor, después de haber comido las galletas empezó a encontrarse mal.

Mi duda es, ¿cómo una persona es capaz de hacerle semejante maldad a otra? La policía lo encontró en el barrio de la Marina del Port. “Solo pienso en jugar y hacer cosas divertidas, tengo 19 años y no soy muy maduro” Yo, con cuatro años menos que él, no se me pasaría por la cabeza hacer eso.

 No sé por qué hay gente que se cree superior al resto, somos humanos, deberíamos tratarnos de igual manera, tanto seamos hombres o mujeres, niños o ancianos, dando igual el color de nuestra piel o nuestro poder adquisitivo ya que, a fin de cuentas, somos lo mismo, seres vivos con tendencia a relacionarse. Si queréis ver el resto de detalles sobre esto os dejo por aquí un link a un artículo de El País y os digo una cosa a los que leáis esto, ¿Cómo va a acabar nuestra especie si seguimos así?

 - http://verne.elpais.com/verne/2017/01/21/articulo/1485003447_033490.html
 - http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/01/26/catalunya/1485427253_100995.html

Read More

Share Tweet Pin It +1

0 Comments

In literatura opinión sociedad vida y cultura

Peter Pan



/(Poner esta canción de fondo)/

Peter Pan es una de mis historias preferidas, y creo poder afirmar que ha marcado la infancia de más de alguno. Porque ¿Quién no ha querido poder ir a nunca jamás? ¿Quién no ha querido ser un niño perdido?

Todos nosotros conocemos su historia, tanto niños que en este 2017 cumplen los tres años como la gente de la quinta de mis padres. Todos hemos visto cien mil millones de veces esa maravillosa película de Disney, o la película de  Hook... Tiene cientos de adaptaciones a la gran pantalla.

Desde su origen para una obra de teatro escrita por James Matthew Barrie ha tenido un sinfín de copias.

En el libro ‘’The Little White Bird’’ se nos dice que Peter puede volar porque, como los bebes, es medio pajaro, pero en la película de Disney y en la novela, a los niños perdidos les enseña usando una combinación de "pensamientos felices" y polvo de hadas.

Pero este no es un post para analizar esta obra, sinó, para hablar un poco de esto, algo que supongo que como a mi, a mucha más gente le gusta.

Se que es breve este artículo pero bueno, espero que os guste.

Read More

Share Tweet Pin It +1

0 Comments

In amor Edgar Allan Poe literatura reflexión relato

Eleonora


Vengo de una raza notable por la fuerza de la imaginación y el ardor de las pasiones. Los hombres me han llamado loco; pero todavía no se ha resuelto la cuestión de si la locura es o no la forma más elevada de la inteligencia, si mucho de lo glorioso, si todo lo profundo, no surgen de una enfermedad del pensamiento, de estados de ánimo exaltados a expensas del intelecto general. Aquellos que sueñan de día conocen muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche. En sus grises visiones obtienen atisbos de eternidad y se estremecen, al despertar, descubriendo que han estado al borde del gran secreto. De un modo fragmentario aprenden algo de la sabiduría propia y mucho más del mero conocimiento propio del mal. Penetran, aunque sin timón ni brújula, en el vasto océano de la «luz inefable», y otra vez, como los aventureros del geógrafo nubio, «agressi sunt mare tenebrarum quid in eo esset exploraturi».

Diremos, pues, que estoy loco. Concedo, por lo menos, que hay dos estados distintos en mi existencia mental: el estado de razón lúcida, que no puede discutirse y pertenece a la memoria de los sucesos de la primera época de mi vida, y un estado de sombra y duda, que pertenece al presente y a los recuerdos que constituyen la segunda era de mi existencia. Por eso, creed lo que contaré del primer período, y, a lo que pueda relatar del último, conceded tan sólo el crédito que merezca; o dudad resueltamente, y, si no podéis dudar, haced lo que Edipo ante el enigma.

La amada de mi juventud, de quien recibo ahora, con calma, claramente, estos recuerdos, era la única hija de la hermana de mi madre, que había muerto hacía largo tiempo. Mi prima se llamaba Eleonora. Siempre habíamos vivido juntos, bajo un sol tropical, en el Valle de la Hierba Irisada. Nadie llegó jamás sin guía a aquel valle, pues quedaba muy apartado entre una cadena de gigantescas colinas que lo rodeaban con sus promontorios, impidiendo que entrara la luz en sus más bellos escondrijos. No había sendero hollado en su vecindad, y para llegar a nuestra feliz morada era preciso apartar con fuerza el follaje de miles de árboles forestales y pisotear el esplendor de millones de flores fragantes. Así era como vivíamos solos, sin saber nada del mundo fuera del valle, yo, mi prima y su madre.

Desde las confusas regiones más allá de las montañas, en el extremo más alto de nuestro circundado dominio, se deslizaba un estrecho y profundo río, y no había nada más brillante, salvo los ojos de Eleonora; y serpeando furtivo en su sinuosa carrera, pasaba, al fin, a través de una sombría garganta, entre colinas aún más oscuras que aquellas de donde saliera. Lo llamábamos el «Río de Silencio», porque parecía haber una influencia enmudecedora en su corriente. No brotaba ningún murmullo de su lecho y se deslizaba tan suavemente que los aljofarados guijarros que nos encantaba contemplar en lo hondo de su seno no se movían, en quieto contentamiento, cada uno en su antigua posición, brillando gloriosamente para siempre.

Las márgenes del río y de los numerosos arroyos deslumbrantes que se deslizaban por caminos sinuosos hasta su cauce, así como los espacios que se extendían desde las márgenes descendiendo a las profundidades de las corrientes hasta tocar el lecho de guijarros en el fondo, esos lugares, no menos que la superficie entera del valle, desde el río hasta las montañas que lo circundaban, estaban todos alfombrados por una hierba suave y verde, espesa, corta, perfectamente uniforme y perfumada de vainilla, pero tan salpicada de amarillos ranúnculos, margaritas blancas, purpúreas violetas y asfódelos rojo rubí, que su excesiva belleza hablaba a nuestros corazones, con altas voces, del amor y la gloria de Dios.

Y aquí y allá, en bosquecillos entre la hierba, como selvas de sueño, brotaban fantásticos árboles cuyos altos y esbeltos troncos no eran rectos, mas se inclinaban graciosamente hacia la luz que asomaba a mediodía en el centro del valle. Las manchas de sus cortezas alternaban el vívido esplendor del ébano y la plata, y no había nada más suave, salvo las mejillas de Eleonora; de modo que, de no ser por el verde vivo de las enormes hojas que se derramaban desde sus cimas en largas líneas trémulas, retozando con los céfiros, podría habérselos creído gigantescas serpientes de Siria rindiendo homenaje a su soberano, el Sol.

Tomados de la mano, durante quince años, erramos Eleonora y yo por ese valle antes de que el amor entrara en nuestros corazones. Ocurrió una tarde, al terminar el tercer lustro de su vida y el cuarto de la mía, abrazados junto a los árboles serpentinos, mirando nuestras imágenes en las aguas del Río de Silencio. No dijimos una palabra durante el resto de aquel dulce día, y aun al siguiente nuestras palabras fueron temblorosas, escasas. Habíamos arrancado al dios Eros de aquellas ondas y ahora sentíamos que había encendido dentro de nosotros las ígneas almas de nuestros antepasados. Las pasiones que durante siglos habían distinguido a nuestra raza llegaron en tropel con las fantasías por las cuales también era famosa, y juntos respiramos una dicha delirante en el Valle de la Hierba Irisada. Un cambio sobrevino en todas las cosas. Extrañas, brillantes flores estrelladas brotaron en los árboles donde nunca se vieran flores. Los matices de la alfombra verde se ahondaron, y mientras una por una desaparecían las blancas margaritas, brotaban, en su lugar, de a diez, los asfódelos rojo rubí. Y la vida surgía en nuestros senderos, pues altos flamencos hasta entonces nunca vistos, y todos los pájaros gayos, resplandecientes, desplegaron su plumaje escarlata ante nosotros. Peces de oro y plata frecuentaron el río, de cuyo seno brotaba, poco a poco, un murmullo que culminó al fin en una arrulladora melodía más divina que la del arpa eólica, y no había nada más dulce, salvo la voz de Eleonora. Y una nube voluminosa que habíamos observado largo tiempo en las regiones del Héspero flotaba en su magnificencia de oro y carmesí y, difundiendo paz sobre nosotros, descendía cada vez más, día a día, hasta que sus bordes descansaron en las cimas de las montañas, convirtiendo toda su oscuridad en esplendor y encerrándonos como para siempre en una mágica casa-prisión de grandeza y de gloria.

La belleza de Eleonora era la de los serafines, pero era una doncella natural e inocente, como la breve vida que había llevado entre las flores. Ningún artificio disimulaba el fervoroso amor que animaba su corazón, y examinaba conmigo los escondrijos más recónditos mientras caminábamos juntos por el Valle de la Hierba Irisada y discurríamos sobre los grandes cambios que se habían producido en los últimos tiempos.

Por fin, habiendo hablado un día, entre lágrimas, del último y triste camino que debe sufrir el hombre, en adelante se demoró Eleonora en este único tema doloroso, vinculándolo con todas nuestras conversaciones, así como en los cantos del bardo de Schiraz las mismas imágenes se encuentran una y otra vez en cada grandiosa variación de la frase.

Vio el dedo de la muerte posado en su pecho, y supo que, como la efímera, había sido creada perfecta en su hermosura sólo para morir; pero, para ella, los terrenos de tumba se reducían a una consideración que me reveló una tarde, a la hora del crepúsculo, a orillas del Río de Silencio. Le dolía pensar que, una vez sepulta en el Valle de la Hierba Irisada, yo abandonaría para siempre aquellos felices lugares, transfiriendo el amor entonces tan apasionadamente suyo a otra doncella del mundo exterior y cotidiano. Y entonces, allí, me arrojé precipitadamente a los pies de Eleonora y juré, ante ella y ante el cielo, que nunca me uniría en matrimonio con ninguna hija de la Tierra, que en modo alguno me mostraría desleal a su querida memoria, o a la memoria del abnegado cariño cuya bendición había yo recibido. Y apelé al poderoso amo del Universo como testigo de la piadosa solemnidad de mi juramento. Y la maldición de Él o de ella, santa en el Elíseo, que invoqué si traicionaba aquella promesa, implicaba un castigo tan horrendo que no puedo mentarlo. Y los brillantes ojos de Eleonora brillaron aún más al oír mis palabras, y suspiró como si le hubieran quitado del pecho una carga mortal, y tembló y lloró amargamente, pero aceptó el juramento (pues, ¿qué era sino una niña?) y el juramento la alivió en su lecho de muerte. Y me dijo, pocos días después, en tranquila agonía, que, en pago de lo que yo había hecho para confortación de su alma, velaría por mí en espíritu después de su partida y, si le era permitido, volvería en forma visible durante la vigilia nocturna; pero, si ello estaba fuera del poder de las almas en el Paraíso, por lo menos me daría frecuentes indicios de su presencia, suspirando sobre mí en los vientos vesperales, o colmando el aire que yo respirara con el perfume de los incensarios angélicos. Y con estas palabras en sus labios sucumbió su inocente vida, poniendo fin a la primera época de la mía.

Hasta aquí he hablado con exactitud. Pero cuando cruzo la barrera que en la senda del Tiempo formó la muerte de mi amada y comienzo con la segunda era de mi existencia, siento que una sombra se espesa en mi cerebro y duda de la perfecta cordura de mi relato. Mas dejadme seguir. Los años se arrastraban lentos y yo continuaba viviendo en el Valle de la Hierba Irisada; pero un segundo cambio había sobrevenido en todas las cosas. Las flores estrelladas desaparecieron de los troncos de los árboles y no brotaron más. Los matices de la alfombra verde se desvanecieron, y uno por uno fueron marchitándose los asfódelos rojo rubí, y en lugar de ellos brotaron de a diez oscuras violetas como ojos, que se retorcían desasosegadas y estaban siempre llenas de rocío. Y la Vida se retiraba de nuestros senderos, pues el alto flamenco ya no desplegaba su plumaje escarlata ante nosotros, mas voló tristemente del valle a las colinas, con todos los gayos pájaros brillantes que habían llegado en su compañía. Y los peces de oro y plata nadaron a través de la garganta hasta el confín más hondo de su dominio y nunca más adornaron el dulce río. Y la arrulladora melodía, más suave que el arpa eólica y más divina que todo, salvo la voz de Eleonora, fue muriendo poco a poco, en murmullos cada vez más sordos, hasta que la corriente tornó, al fin, a toda la solemnidad de su silencio originario. Y por último, la voluminosa nube se levantó y, abandonando los picos de las montañas a la antigua oscuridad, retornó a las regiones del Héspero y se llevó sus múltiples resplandores dorados y magníficos del Valle de la Hierba Irisada.

Pero las promesas de Eleonora no cayeron en el olvido, pues escuché el balanceo de los incensarios angélicos, y las olas de un perfume sagrado flotaban siempre en el valle, y en las horas solitarias, cuando mi corazón latía pesadamente, los vientos que bañaban mi frente me llegaban cargados de suaves suspiros, y murmullos confusos llenaban a menudo el aire nocturno, y una vez -¡ah, pero sólo una vez!- me despertó de un sueño, como el sueño de la muerte, la presión de unos labios espirituales sobre los míos.

Pero, aun así, rehusaba llenarse el vacío de mi corazón. Ansiaba el amor que antes lo colmara hasta derramarse. Al fin el valle me dolía por los recuerdos de Eleonora, y lo abandoné para siempre en busca de las vanidades y los turbulentos triunfos del mundo.

Me encontré en una extraña ciudad, donde todas las cosas podían haber servido para borrar del recuerdo los dulces sueños que tanto duraran en el Valle de la Hierba Irisada. El fasto y la pompa de una corte soberbia y el loco estrépito de las armas y la radiante belleza de la mujer extraviaron e intoxicaron mi mente. Pero, aun entonces, mi alma fue fiel a su juramento, y las indicaciones de la presencia de Eleonora todavía me llegaban en las silenciosas horas de la noche. De pronto, cesaron estas manifestaciones y el mundo se oscureció ante mis ojos y quedé aterrado ante los abrasadores pensamientos que me poseyeron, ante las terribles tentaciones que me acosaron, pues llegó de alguna lejana, lejanísima tierra desconocida, a la alegre corte del rey a quien yo servía, una doncella ante cuya belleza mi corazón desleal se doblegó en seguida, a cuyos pies me incliné sin una lucha, con la más ardiente, con la más abyecta adoración amorosa. ¿Qué era, en verdad, mi pasión por la jovencita del valle, en comparación con el ardor y el delirio y el arrebatado éxtasis de adoración con que vertía toda mi alma en lágrimas a los pies de la etérea Ermengarda? ¡Ah, brillante serafín, Ermengarda! Y sabiéndolo, no me quedaba lugar para ninguna otra. ¡Ah, divino ángel, Ermengarda! Y al mirar en las profundidades de sus ojos, donde moraba el recuerdo, sólo pensé en ellos, y en ella.

Me casé; no temí la maldición que había invocado, y su amargura no me visitó. Y una vez, pero sólo una vez en el silencio de la noche, llegaron a través de la celosía los suaves suspiros que me habían abandonado, y adoptaron la voz dulce, familiar, para decir:

«¡Duerme en paz! Pues el espíritu del Amor reina y gobierna y, abriendo tu apasionado corazón a Ermengarda, estás libre, por razones que conocerás en el Cielo, de tus juramentos a Eleonora.»

FIN
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno, este es un hermoso reláto de Edgar Allan Poe, soy un gran admirador de este señor, me encanta como escribía entonces, por esa razón, decidí subir alguno de sus relatos.
 


Read More

Share Tweet Pin It +1

0 Comments

In literatura minicuento reflexión rincón del pensamiento

Y un día...

Y un día ...
un día te das cuenta,
te das cuenta de que el tiempo vuela,
de que ayer tenias 15 años y mañana ya tienes 50.

Y un día ves que lo que te rodea cambia,
que el tiempo borra todo, que vuela...
Un día te darás cuenta de que te has pasado más de la mitad de tu vida delante de la caja tonta,
que has perdido lo más valioso que tenias,
que has perdido tu juventud.

Un día veras como tus hijos ya se marchan de casa,
que el pelo que antes lucias con orgullo ahora se vuelve blanco.
Y un día...
               ... Todo acabará.

 

Read More

Share Tweet Pin It +1

0 Comments

In literatura minicuento reflexión rincón del pensamiento

La caja del olvido

Todas las personas tenemos nuestra caja del olvido, es esa caja olvidada en un rincón y cubierta de polvo y telarañas, es esa caja donde guardamos las ideas, los sueños, las esperanzas... En general todas las cosas que olvidamos o que se han roto dentro de nosotros.

En el peor de todos los casos esta caja guarda los corazones rotos, los sueños siempre crecen o siempre tenemos esperanza en algo, pero un corazón roto es casi imposible de arreglar.

Hay muchos tipos de cajas, las hay grandes, pequeñas, cuadradas, redondas... Pero, aunque la forma de la caja cambie, el contenido es el mismo.


Los seres humanos no sabemos de su existencia, pues como ya he dicho está en un rincón cubierta por la huella del tiempo que pasa; nosotros asumimos que cuando perdemos una idea , puff, se desvanece sin dejar rastro, pero no, se va a guardar a este sitio, igual que el resto de cosas.

Todo se puede recuperar, solo tenemos que encontrar esa caja, limpiarla y abrirla, entonces recuperaremos esa idea para un guión cinematogáfico, todas aquellas notas de la canción que compusiste en un café, el sueño que tenias cuando eras más pequeño. Todo eso volverá, pero procura, por favor, no volver a cerrarla ni dejarla en ese rincón.

Read More

Share Tweet Pin It +1

0 Comments

In curiosidades Meryl Streep opinión sociedad vida y cultura

Golden Globes

Como se supone que se sabe, el día 9 de enero fueron entregados los premios golden globes o globos de oro aquí en españa y la maravillosa actriz Meryl Streep  (que no se note que es una de mis actrices favoritas) recibió un premio honorífico y dió un discurso que fue muy aplaudido por la gente que se encontraba en la ceremonia.

"Si expulsamos de aquí a los extranjeros a patadas, en la televisión solo veremos fútbol o artes marciales y eso no, no es arte" es un fragmento del discurso que dio, haciendo alusión a la política de ese señor que se hace llamar presidente de los estados unidos.

Durante este momento de charla ella no dijo nada que resultase ofensivo hacia Donald Trump, guardó las formas muy bien y solo dijo algo que, a mi parecer, es cierto, Hollywood está lleno de extranjeros.

Donald  no se corta ni un pelo, ya se tiene visto cuando dice que a las mujeres habría que agarrarlas por el c... pero bueno, en vez de no decir nada y no darse por aludido, o reflexionar en lo que le dicen no, coje y va por la tremenda siempre. Su tuit tiene comentarios negativos por un tubo, y no me extraña, ya que se dedica a poner a caldo a esta actriz solamente porque no está de acuerdo con el.

Ahora yo pienso, ¿la humanidad está destinada a la extinción verdad?¿Ya solamente podemos ir a peor? 
En el momento en el que permitimos que el líder de uno de los países más influyentes hable de tal modo sobre la opinión pública de una persona, en ese momento, perdemos la poca humanidad que nos quedaba. Tal vez Hilary no era la mejor candidata, pero yo no se que ve la gente en una persona que en medios públicos y redes sociales hace burlas. comentarios de índole machista, homófoba...    
                                                       

  Discurso de Meryl Streep (click y activa los subtítulos)


No soy quien para opinar de política, tengo solamente 15 años y me queda mucho por vivir todavía, el que lea esto, tu, el o ella podrá estar o no de acuerdo conmigo, es mi opinión personal y me apetecía compartirla por aquí.

Como decía no soy nadie para opinar, no se mucho de política, pero ver como el representante de un país hace cosas de ese estilo me hace perder la fé, si esto sigue así ¿cómo será nuestro futuro?Cuando yo tenga 30 años alomejor el mundo vuelve a dar otro cambio, y aunque parezca imposible espero que sea a mejor, no me gustaría que mis hijos o mis nietos vivan en un mundo donde la guerra o el hambre es pan nuestro de cada día.

                                              "La falta de respeto invita a la falta de respeto.
                                               La violencia incita a la violencia."




                                        

Read More

Share Tweet Pin It +1

0 Comments

In cosas del blog curiosidades información revista

Como voy a subir

A ver, sé que esta cosita, este pequeño post, debería haberlo subido de primero, pero....
se me fue el santo al cielo. :-/

Bueno, voy a intentar subir cada semana dos post, tres si se puede, pero dos en principio. Se subirian Lunes y miércoles a alguna hora sin definir.

La revista será una cada dos meses, la que está ya subida vale para enero y febrero.
Se sube cada dos meses porque es muy cansado hacerla y así me da a mi tiempo para pensar los artículos, las lecciones, buscar las fotos, pensar si añadir o quitar cosas....

{PD: Los que están suscritos a este blog y quieran participar en la revista que por correo (abrybetweenwords@gmail.com (A ESTE CORREO HAY QUE ENVIAR)) me pasen su artículo escrito, una o dos fotos si es que le quieren poner y el título de la sección se lo pongo yo o lo elegís vosotros (eso a mi no me importa) y su nombre completo. Los temas no me importan mientras no sean machistas, homófobos o de carácter insultante para nadie, quiero decir, nada de meterse con religiones, creencias, libertad sexual o violencia(si es una crítica a la guerra si se puede). Reseñas, opinión, poesía o narrativa, recetas, manualidades.... eso si, Si algún articulo no me parece adecuado no lo voy a publicar, las razones están dichas antes}

En general es esto, si alguien quiere hacerme alguna sugerencia que la haga al mismo correo que lo de la revista, pero en el asunto ponga SUGERENCIA así en mayúsculas




















.


Read More

Share Tweet Pin It +1

0 Comments

In opinión rincón del pensamiento solitario

Análisis de un solitario empedernido

Es ese ser solitario,
esa persona que nunca tiene a nadie cerca,
ese hombre o mujer que  tiene los cascos puestos.

Sabrás cuando tengas a uno cerca,
Emanan un aura triste que te invita a alejarte,
son seres que leen,
escuchan música o dibujan en cualquier lado.

Siempre tienen la mirada perdida en algún punto del horizonte,
imaginando historias que jamás serán contadas,
Su interior brilla mas que el resto,
son estrellas disimuladas entre la multitud.


Si tienes la suerte de conocer a uno,
a alguno que te abra su alma,
verás que son diamantes,
que solo necesitan ser pulidos.









Read More

Share Tweet Pin It +1

0 Comments

In curiosidades literatura revista viajes

Revista de Enero

Esta es la 1 publicación de una revista mensual que voy a hacer, espero que os guste

Read More

Share Tweet Pin It +1

0 Comments

In opinión rincón del pensamiento

Nacimiento

Hola
Si, soy yo,
Esa persona que está detrás de un ordenador y a la que nadie conoce.
Hola,
Soy la persona que quizás, al azar, hayas encontrado moviéndote por Internet

Quizás, dentro de muchos años,
Cuando los arboles crezcan y tapen el sol,
Quizás, y tan solo en ese momento,
a alguien le guste lo que escribo.

Este es un nacimiento,
rápido, artificial, solitario.
Es el nacimiento de todo y de nada,
de simples letras que, acabarán olvidándose algún día,
Pero es ahora, y mientras dure este desastre que,
yo, escribiré.

Soy la persona que pulsa una letra tras otra para que tu, lector, puedas estar viendo esto.
  

Read More

Share Tweet Pin It +1

0 Comments

Advertisement

Popular Posts

Vistas de página en total

counter

gadgets contador de visitas
Con la tecnología de Blogger.